domingo, 7 de octubre de 2012

Primera meditación en Plaza San Martín



Primera meditación en Plaza San Martín
Y si lo admiramos tanto es solo
Porque impasible, desdeña destruirnos.
Todo ángel es terrible
Rilke.

Como en los cuentos de Borges, aquel que observa a Dios
se vuelve un orate completo,
así
la musa en cuerpo humano, es comprobado, destruye a los hombres.
Quien dice que ama a la musa parte de un falso supuesto:
 a la verdad no se le ama, pues es condición de esta que nos perturbe. Por eso ya no puedo
mirar a los ojos
a la muchacha bonita de Plaza San Martín.

Y quise huir hacia otros lados
con mi teoría
a matar el amor como se debe
con mi teoría
a resolver pulsiones como se debe
(como decia Vallejo, a simplificar el corazón)
con mi teoría
a morir como se debe
Hacemos, eso sí, teoría, para matar a la verdad (le petit mort)
Es indigno por sobre todo atrapar a la musa con palabras
comparado solamente a las ofensas de los antiguos
como todo lo real es puro movimiento
a los hombres
que tenemos este arcaico reto de rechazar nuestra histeria
no nos hace nada bien
mirar a los ojos
a la muchacha bonita de Plaza San Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario