viernes, 29 de junio de 2012

Palabras sueltas

Yo te he visto con estos ojos cansados en tantas camas vacías, en tantos aires oxidados que emergen del pasado. 

Yo te visto, y no te conozco, pero solo quiero quedarme con tu risa... con tu lengua, con ese diente amarillo que brilla bajo el sol, con un pedacito de ti en el bolsillo derecho. Que raras son las cosas, los signos que recorren el mundo, el sonido del zapato mojado que pisa la lluvia, las luces de la calles viscosas que emergen   ante mí. Extraño es que tú hayas aparecido, precisamente en este instante en el que necesitaba algo... alguien en que creer. Tristes, rotos, mis pasos me llevan al borde la de la vereda, al confín de los dedos que buscan subir por tu piel y te tocan, te desmenuzan, te destruyen para luego hacerte míos. Raras son también las palabras que no pueden salir de la boca en este silencio que gime por mi garganta mientras me consume la furia de no tenerte, de no tenerme, de ser un punto en las hojas manchadas de tu aliento. Y es que todo se consume en esta vorágine perpetua a la que llamamos vida (O muerte, o principio), el brazo rasgado que cuelga sobre la piel. Te apoyas en mi hombro y tiemblo despacio, y mientras tiritamos en este frío blanco y raudo... siento que te veo por vez primera. 


Señor, yo conozco
el tiempo de las casas vacías
las he visto
tantas veces
suspender besos
en el aire
casi como estrellas que se resisten a morir
yo conozco
porque alguna vez (como a todos nos pasa)
me sacaron de mi
útero
primera casa vacía

señor yo conozco
el sonido de las casas vacías
sonido en blanco y negro o de huaca
sonido que escribe en las paredes

Nada queda, a veces.
Señor, no desampares
las casas vacías
ni de noche
ni de día.

miércoles, 27 de junio de 2012

Variación I

seguro no la leerás
o si la leerás, dirás que nunca la tuviste frente tuyo
lo que importa,
al recoger la carta con las manos purísimas o
al mover las pupilas (blanco negro blanco) lento
                                                                     lento
                                                                     lento como la santidad
                                                                     lento como el destiempo
                                                                     el movimiento
lo que importa
(mar nuestro de cada día)
es siempre el movimiento

domingo, 24 de junio de 2012

del movimiento

Soy el hombre de las legumbres, los tomates
Soy la mujer de los volcanes, los truenos

los dias son iguales cada temporada
los astros son todos locales cada luna

las señoras usan sus sombreros rojos
las cabezas usan sus alfombras azules

y son lindas y corteses conmigo
y son transdemenciales y ruines conmigo

pero nunca van a la segunda cita.
pero siempre van a la tercera vuelta.



renato perazzo/laetitia gehin

sábado, 23 de junio de 2012

Sublimación


¿Acaso el amanecer
es más que la sangre
volviéndose fuego turbio?

Y yo, que veo
los rostros quemados
que se arrastran, voluptuosos,
al estallido del asfalto,
¿en qué me he convertido?

Palpo mis ojos
y el desencuentro
absorbe mis manos.

Quiero sentir mi pulso
y sólo siento
arena y cristales.

¿Habré caminado
entre demasiadas sombras
con las manos abiertas?

¿O será sólo
que mi palpitar ha estallado
en plumas de destierro?

Veo la masa agitarse en orgasmos
y reintegrarse
en bordes grises.

Y yo, trepando nubes, sólo observo,
vomitando arena fría,
perforadas mis palabras.

Yo no necesito calor,
tengo el impulso del silencio,
Tengo rosas negras y caídas profundas,
tengo la costumbre de las manos tiesas.

Yo no necesito masa, ni sangre caliente,
ni labios abiertos, ni ojos que laten
(ya me he envenenado con sus cartas blancas);
ahora quisiera tumbas frescas,
vuelos de cera, autoexilio,
olvido.

pies en las nubes; cabeza en la tierra

Dónde está el problema
en la ducha
en el patio
los temblores nunca se detienen
la necedad del exilio
no encuentras nada
en las calles
en las fiestas
y vuelves a empezar
a olvidar
y sientes que explotas
que implotas
porque el problema
está en las nubes
y en las fotos azules
el problema es la diferencia
es de afuera
(y es de adentro)

martes, 19 de junio de 2012

In Which I Attempt a Lifelike Portrait:

Aɴ Iɴᴛʀᴏᴅᴜᴄᴛɪᴏɴ: Alfred Mansfield, Esq., born in 19__, is a rat catcher, reveller and gentleman thief. He smells not of lilacs but of mild brow-sweat, which is surprising as he detests toil of any kind. He is altogether innocent of social niceties, of tubercular growths, and of having an opinion on the urban poor. Stoicism masks crippling shyness; his rough beard, the weak chin of a decaying bloodline (of which he hopes to be the last); indolence, a genuinely charming and simple personality; and so on, and so on. This is, of course, a picture of Vanity, all figures distorted, looked upon by an indulgent eye – that said, it is also a work of fiction. It is only logical that he fail to capture the spirit of the Bʀɪɢʜᴛ ᴀɴᴅ Yᴏᴜɴɢ in all its splendour or even accuracy. (This is, by necessity, a justification. May we be excused. – The Author.)

When finally released from his bed (never before two), he writes columns for failing women’s magazines. This has been, so far, the one notable exception, and the first in a series of sorry stories.

The boy called Mouse was a lonely one, because he knew no others. Past a formative age, he lost the inner stirring for human company, preferring the cracks in the pavement, the broken groove, the racial slur upon the wall. For Life was built upon hints, and not on what was voiced – that he believed, truly, and he believed, too, in Man as Rule-breaker, given a voice, and with it the choice to lie and circumvent the obvious, which is, in the end, the same.

Every morning he took a walk, eyes misted, and each morning he took it to himself to look at everything but the People. The raggedy and the rich were the same, equally guilty in their obstruction of Truth. It is to his credit that no distinction was made between the two, as would a social Darwinist or armchair revolutionary – the first unjustly adjudicating intelligence to those who rose to the top; the other, alleging some purity or sincerity or goodness in the downtrodden. For they rose from broken premises, forgetting that the Game is played by all, and that the only difference is that the poor are made weak.

A block from the bus stop, he felt a brush by his leg, and recognised it at once. He stretched a thin, bright hand in communion – the nose got a whiff, then, a look of recognition from twin agate stones. An impromptu meeting between the Old God and the Young, each dispossessed of his People, rendered useless; one beaten, one cast out of his own accord – which being which, that is for the Reader to make a pick. The Old Dog and the New. Six legs bent with rickets, hips creaking, the boy thinking, “Kindred spirits.”

What the limping collie thought of him, we will never know. That is of no importance – for the boy found, in this encounter, when he thought himself alone, a most elevated aesthetic experience. Communication! So difficult, so rare in the present century, when one argues as would a lawyer, blind and deaf to any evidence against one’s own, his opponent’s premises but obstacles to sort through and shut down. The combatants opposed in what is traditionally called “the masculine space”, where he who yells the loudest is proclaimed winner – the term is inexact, for the world is rife with talented female debaters, who win not by the prolonged silences of The Art of War, but by sheer force – a masculinity repressed, because of what?

I propose that it is so for the lack of ritual violence. The boy called Mouse, affected by the maddening phases so common in solitary youth, who are numerous but unseen, at the very moment, thought the same.

For our boy was a fine artist of sophistry. He thought he could not convince himself of truly believing in anything. Paradoxically, the converse was also correct: he gave his sins the most logical justifications, sin being simply what one calls “the Mistake”, an inconvenience. (In this, he contradicted himself. He did not know it.) And socially accepted violence required a much larger space than what it was given these days, if it was to have an effect, and pacify men in daily action.

Extreme sports and war correspondence did so little. So he gave the dog a kick, and it fled, not giving even a yelp, for the kick was half-hearted. Immediately he repented, but the shepherd was gone ‘round the corner, looking back not as one who forgives, but as one who has already forgotten, its dark ruff marking the silhouette of a neck; it licked the tip of its nose – what it meant, the boy could not know, either – and was never seen again.

The boy resumed his walk, one unsteady step after the other. He felt distinctly queasy. Halfway through the ride North, he hurled eggs and boiled sausage, out the back door, on a perfumed woman who tried to pick a fight.

Yet he was not there.

sábado, 16 de junio de 2012

te quiero
porque tienes
la belleza de las mujeres
libres
porque tienes la sinceridad
de las cosas perdidas
y porque tienes la luz
de los cuerpos
que nacen varias
veces

sinceridad

solo puedo querer
como quiere
la soledad
a las calles oscuras
o a las esquinas

miércoles, 13 de junio de 2012

flores

allí pasas
se pasan las flechas
las fechas
los miercoles me atraen con maña
me enajenan,
quebrantan
mi moral ascética
y pierdo todo interés en la física
en la moda
en las ciencias de lo específico
y de lo formal que hay en tus zapatos
marrones
talla 7.


tus flores,
en las piernas
esparcidas por todo el cuerpo
hasta tu cara
hasta tu cama
más lindas que todas las que compré
alguna vez fue
en esas florerías baratas
de san isidro.
Flores imposibles,
ni el número áureo podría explicar
tal simetría
tal simpatía
porque tú Syrakussa
estás más allá que cualquier constante
de todas las matemáticas
de las guerras
de la historia.

martes, 12 de junio de 2012

Pero tu, por supuesto, andarás
por otros lados

te sentarás en otras bancas
yo me quedare hablando con las cosas
preguntándole al árbol que es ser árbol
y crecer 
y que es ser ave a la rama
y que es ser mano al ave
Por supuesto, tú no sabrás que el árbol 
es todo humano
y escribe también 
o que el ave se ha quedado fumando 
un cigarro
que cada una de sus plumas

cubierta de alquitrán
está moviéndose 
per su respiración agitada
no sabrás que cada rama del árbol
está volando lejos
cerca a la luz de tu cuerpo 
que brillan de noche mis hojas
Tu, por supuesto, andarás
por otras ramas
por otras aves
y yo sere un árbol
que fuma un cigarro
que mira sus plumas de pájaro moverse
mientras espera.

Agonía del resaltador al pie de la cama


Entonces te veo al pie de la cama, en la orilla lejana de sábanas tristes que hoy no abrazarán mi sueño ya perdido ni yo a ellas, de sábanas que tantas veces acariciaron tu pelo cobrizo engomado y rozaron tu piel con la mía, carne con carne, tinta con tinta. Ahí yaces, tendido y agonizando, a pocos metros... que digo centímetros... que digo medidas de 1.5 y miopías hereditarias que ven y no ven al mismo tiempo... que son tan solo respiros de una alma asmática en el invierno infernal de ventanas abiertas los que hoy me separan de ti. Echado... cegado por la luz mortífera de esta habitación mientras gimes gritos de dolor y cada arcada parece arrastrar un pedacito de ti. Y tú solo atinas a expulsar, una y otras vez, esos borbotones de sangre colorida (azul roja morada amarilla) que cuando niño tanto te gustaron, que tantas veces te hicieron brillar en la inmensidad de ese vacío de mentes rayadas y vidas cuadriculadas que fue tanto tuyo como mío.

Y entonces me miras asustado, con esos ojillos tiernos y tristes como quien pregunta ¿Y ahora que sigue? Tus pupilas hundidas palpitan tras tantas noches de viligia, nubes de café y polvo, noches donde soñábamos con ser dueños de la palabra. Yo solo te pido que te tranquilices, que después del dolor no sentirás nada y todo será un espejismo. Pero no puedo evitar este vértigo lento y eterno que escala mi garganta de pies a cabeza. ¡Cuanto has crecido! ¡Cuanto he crecido! Como olvidar el día en que te vi por vez primera, tú no me conocías pero me esperabas desde siempre. Estabas sentado tras una ventana empañada de murmureos y recortes de periódicos. La noche era clara como tus manos, como pocas cosas en la vida y mientras corría el frío, mi cuerpo temblaba huyendo de él cual espectro taciturno que camina bajo la taquicardia de luces fluorescentes, menuda orquesta que se alza en el firmamento. Estabas acurrucado, con la cresta colgando firme como siempre, y nos dimos la mano, el pico, la pata, la leve sensación de tu piel en la mía.

No sabes, no entiendes, no calculas en cifras decimales de tres dígitos y sombrerito períodicopuro como me duele verte ahí, así, aquí... arrastrado, partido, secándote los mocos verdes en los rayos de un sol que arde a tres metros cada vez más fuerte, calentamiento global y bloqueadores (O bien liquid papers) de segunda mano. Cierro los ojos para no verte pero aún te siento... explotas en un gemido magistral y fino, el indicio de una lágrima, el esbozo de un llanto reprimido y rompes en un balbuceo de palabras extrañas, de sílabas afónicas y oraciones roncas, de memorias perdidas en un rincón de la mesa de noche...

 Regocijo de orquídeas asesinas que caminan en la abadía
              Lengua de signos sordo-platónicos en la España medieval 
                        Supuestos de democracia y una belleza del cuerpo que dicen solo existe en la piel 
                                      Tragedias griegas en la esquina de la cama sin directv

Las palabras se mezclan en un vómito extrañado y saltan, vuelan para aterrizar de nuevo en tu boca. Tantas lenguas que han pasado por la tuya, tantos orgasmos palabraceos fundidos en tu saliva como un niño que recién aprende a nadar en el mar del saber. Tú los coges a todos y en todos has dejado la huella de tu paso apresumbrado a veces recto, a veces ondas altisonantes que marchan sobre ruedas. En todos lados, en todo momento, en cada línea que recorre mis ojos desgastados por tanto mirar, ahí te veré pequeño resaltador amarillo sin tapa. Pequeño ente animado que un día anide entre mis dientes y consumí en la excitación de un alma desesperada....  pequeña alma mía que me conoce, que ha pasado por mis labios y pisado mis talones.

Un minuto de silencio por mi resaltador favorito, por aquel que me sacó de apuros y sonrojo a la blancura páginas que yacían muertas.

Un minuto de silencio por ese resaltador que volvió a casa, que no se quedó varado en el camino como tantos otros que hoy viven abandonados debajo de un mueble o el pie de una acera, que durmió bajo el arruyo de una misma cama.

Un minuto de silencio por aquel resaltador que puede ser tanto tuyo como mío, que te mira sin pedir explicaciones... un consuelo, una caricia, quizás una palabra de aliento para mantener esa llama viva que hoy me tocó extinguir. 

Motivos

cuando lees
o cuando escribes
cuando tu cuerpo mira por la ventana
de lo sublime
cuando sea lo que sea
veo en tus ojos
el mismo reflejo
del artista
veo veo veo veo
que eres capturada
por nada más que el arte
con tus ojos capturados
con tus manos capturadas
con tu cuerpo capturado
por la libertad
que tiene el arbol ave
voz sonido
cuerpo
el arco de colores en el cielo
o la caida
       caida
         caida
           caida
          el movimiento
por la libertad de la captura
cuando descansas del mundo
y solo tu cuerpo
es libre
así te quiero libre

domingo, 10 de junio de 2012

cuando el tiempo desaparece

vive el abejorro en una frecuencia 
que sube 
y que baja, 
y se pierde 
y se encuentra
toda contribucion esta destinada al fracaso 
y todo fracaso esta en standby
no se puede salir del limbo, 
solo puedes esperar 


que te expulsen

sábado, 9 de junio de 2012

Epístola del globo de helio

así camino
sin tocar el suelo
sin tocar mi suelo
así camino
sin camino alguno
buscando un peso
que me amarre
buscando unas manos
que me escriban
en la tierra en el
papel

así camino
con mi cuerpo circular
                   lleno de gracia
lleno de nada
llenos que persisten
en mi útero
soy un orbe
soy el mundo
soy un fantasma todavía
y vuelo
suspendido
arriba arriba
siempre arriba
muerte arriba
tumba arriba
letra arriba
suspendido

así camino
dentro de mí
está la gracia
está la nada
del papel blanco
que espera dar la luz
de lo escrito

La vuelta inmisericorde


y así
cada noche
la vuelta inmisericorde

pero delimitemos

no es un padre borracho
no es no ir a clases por lanzar

es la perduración de
querer
dejar de hacer lo que siempre hacemos
para
dejar de hacer lo que siempre hacemos

porque no importa
nada
de lo que hacemos

pero no vamos a creerlo no podemos creerlo

no podemos ser un ser insignificante
decimos que constituimos un todo

la idea absurda del todo

todo es todo eso que nos desborda

no

nosotros no podemos no vamos a abarcarlo todo
no me importa la excusa que me des

viernes, 8 de junio de 2012

Es esta mi sonrisa
no tiene labios
que se curvan
al contrario
lo que tiene
son ojos
que no se cansan
de la luz
que les ciega
son brazos
que alcanzan
y que no alcanzan
son mis manos
son tus manos
así sonrío

jueves, 7 de junio de 2012

Hora de Cenar

siento el tiempo
salivado
e instintivo
como un liquido
a esta hora de la noche
a cada trago.
todo pasa.
el mundo
mi vida
tu vida
pasa
sin tregua
sin fuego
sin miedo
sin respiro
en mi garganta.

miércoles, 6 de junio de 2012

Rodeado
del vacío
de la muerte
del cuerpo gastado
y la casa sola
escucho a mi corazón
que no se cansa
rojo azul
de colorear
el vacío
la muerte
mi casa y mi cuerpo

Cuestión de Prioridades


en que momento
nos perdimos
el latido del corazón
el ladito del corazón
que da luz

Un poco de filantropía


Transeúntes ocupados, demasiado ajenos.

Pero a veces basta capturar su mirada y el baile oscuro se reenciende
entre los párpados cansados de la señora o la boca añeja del señor.

Y a veces las vejeces de esos párpados y esa boca se vuelven mías
y yo me vuelvo puro transeúnte.

Me vuelvo la descripción de un hombre,
fotografías sepias,
humedad, silencio.

Me vuelvo todo menos un Hombre,
plástico clavado en la arena.

Pero míralos a ello, cómo baten sus pestañas, ojos ardientes,
míralos, regocijándose en palabras-flor, palabras-fruto.

Sé que volverán a secarse,
volverán a ser transeúntes, plástico, arena, silencio, mierda, vacío,
pero ahora...

Parecen ser el gris intenso
entre morir viviendo y vivir muriendo.

Dime si eso no embellece nuestra caída...

martes, 5 de junio de 2012

Pequeñas teteras revolucionarias en la esquina de la cocina


Teteras revolucionarias que ebullen una a una en el fondo de la cocina. Tanto sudor que empaña la frente de quienes vivieron en el dolor y el resentimiento y ahogan a diario gritos sordos para el común de la gente, suplicios ahogados para ser, algún día, más que vapor y sombra.


lunes, 4 de junio de 2012

Dogma


Que todo camino
haya valido
los pies
pisando
y  la huella
aunque se borra
la tierra aplastada
Que todo lo que digo
valga
al menos por el movimiento
de los labios
Que nunca se dude
del movimiento.

domingo, 3 de junio de 2012

La última soledad


Escribirá en tu cuerpo todas sus cosas
Tu alma será el tatuaje en las piedras
El último trazo arqueológico
Del fin de la humanidad

No le basta consigo mismo
No le basta contigo, tampoco
Ansía el universo
Desafiar al tiempo
Comunión y verso

Créelo: esto no es un poema de amor
Es prostitución a viva voz
Es la última resistencia frente a nada
Es el garrotazo final a lo inconcluso

Metafísica

¿quien me habla
si toco tu puerta
si toco tu vientre
si caigo en el suelo
lastimado
extenuado
callado
cada vez
y una vez más
en la tierra
en el barro
y vuelvo hecho barro
quien me habla
con la voz
que este ser de barro
busca?

Física

Física

Cuerpo mío
Salto y caigo como un lince
Cuerpo mío
salto y caigo como un niño
Cuerpo mío
salto y caigo como un hombre
y esta vez
ya no vuelto
a saltar

sábado, 2 de junio de 2012

Sacrificio

Sacrificio

¿cual de mis 2 brazos
2 manos
dedos
o de mis mitades
he de quemar
con el fuego
tuyo
tuyo
tuyo
sin que el otro
se de cuenta
y despertar
bendecido
despertar
de mi mismo
de tu mismo
despertar
ya sin manos
ya sin dedos
ya seguro
de que el fuego
de la ciudad
no me quema

viernes, 1 de junio de 2012

poema de odio

odio como cuando un cuchillo abre la puerta
como cuando el teléfono sangra
caminar para no querer llegar
no terminar esa fantasia
que siempre termina en casa

odio cuando se gana
se pierde
cuando los ojos celestes sonrien
y la barbas rojas lloran
que se calma por las huevas
que vive, tiene poco, sabe mucho
baila bastante

odio a tus argumentos circulares
tus relaciones bilaterales
una balanza?
una mierda

odio de no estar
y salirte de todos
de sus oídos, de sus odios
ni siquiera los mirmidones pueden hacerte entrar en razón, hacerte ver que todo fin es importante
pero tú no entiendes
tú nunca entiendes
y sin embargo yo estoy aquí
tan cargado, tan seco
tan cansado de que estés a mi lado y me hagas feliz
y te vayas
y no regreses
pero nunca
porque siento mucho odio
odio por no tenerte