viernes, 9 de noviembre de 2012


I

Hace buen tiempo me di cuenta que este tiempo no me basta
para luchar contra el tiempo
de la posvida.
Doy vueltas sobre las cabezas de niños y adultos, nervioso, histérico, desanimado.
Luego recuerdo los libros sobre los que levito en bibliotecas o en casas de estudiantes universitarios
y recuerdo los nombre escritos al reverso. Una mosca no tiene obligacion de escribir su nombre, ni siquiera de pensarlo. La vida es efimera y sin embargo, es rica. Me espera otra vida después, la que inventarán para mi.
Las palabras que escribo (si es que escribo) las corrijo y las corrijo, hasta que me doy cuenta que soy una mosca. Vuelo entonces y me poso

sobre los cabellos de los hombres
  moviendo maliciosamente mis manos, planeando mis ataques.
Al momento de la cópula, froto mis manos como garras sobre algun vientre ocasional y froto mi cuerpo sobre mis congéneres,  aunque de posmodernidad no he leido nunca. Otros han de cubrir nuestros sexos con palabras.


II
Doy vueltas sobre un basural, repito lo que escribo
repito lo que escribo,
repito lo que escrito.
Y mañana, que no me espera nada despues de este cuerpo
entre la mierda y las cosas olvidadas como el puro instinto

repetirè lo que escribo

repetiré algo

algo
que no puedo escribir

daré vueltas sobre un basural


III

Antes de morir, me vuelvo la pura luz.
No me alimento por días y solo asciendo  
hasta alcanzar un futuro incierto
se que al volar pretendo que soy algun mago, un místico, un niño.
otras veces no ayuno,  solo me muero de hambre, sin egolatría alguna
Me pertenezco y me despertenezco a ratos
Escucho zumbidos
y me doy cuenta tarde
que vienen todos de mi.
Me doy cuenta tarde
(aunque hace tiempo me di cuenta)
que toda luz me asesina.

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