domingo, 19 de agosto de 2012

Un cuento

-¿Amas a otra mujer?
-Como a tí, a nadie más

(Podría haberlo negado. Lo más seguro sería el clásico "no, te amo solo a tí", pero responder con un  "como a ti, a nadie más" es una frase peligrosa. No significa que no ame a otra, solo significa que mi amor por ti es único, es irrepetible, tanto como la mueca que surge de lo imprevisto o de lo sorpresivo, lo que nunca se ve venir. Digamos, si cae una gota de lluvia sobre tu rostro en una noche de verano, así de la nada, incluso en esta ciudad en la que la lluvia es tan de a mentiras, ¿no sería esa gota única, y no sería el día único, y el tiempo de esa gota sobre tu rostro único e irrepetible, y luego tu sonrisa - porque sé que sonries con la lluvia, que sonries bonito y desde adentro, Amanda- no sería la más linda del mundo en aquel día? Pero la lluvia tiene miles de gotas, porque no hay solo una lluvia. Algunas pequeñas, otras más grandes, está la lluvia de verano triste, la del verano alegre, la de andar distraido y que te pille, la de andar atento y que no te pille, la de la hija de la señora del frente, la del supermercado, la de andar en puntillas para que nadie te atrape llegando a las 4 de la mañana, todas, todas y cada una, irrepetibles y únicas. Mañana seguro me irás a preguntar lo mismo, a esta misma hora, y en este mismo cuarto, Amanda. Es casi una muletilla en la que te apoyas ultimamente. Es tu forma de decir "dame un beso" o tal vez "¿me harías el favor de levantar la mesa hoy despues del desayuno?". Y seguro te responderé de la misma manera. Pero te responderé a medias, como hoy mismo lo he hecho. Tendría que haber empezado aclarando que amo a muchas, pero mi amor por ti es único. Tendrías que haberme sacado de patitas a la calle - te conozco, Amanda- , porque tu no estas para explicaciones de ese tipo, tu quieres casarte con el hombre que te construyó tu madre, tu quieres tomar el te y ser divertida a tu manera, disfrutando de la lluvia, preguntandome cosas que significan "dame un beso" y llamando a tus amigas todas las mañanas para contarles sobre tu prometido que tanto te ama y solo a ti. No sobre el que piensa que el amor es una cosa que nos da solo con la lluvia, que no podría soportar estar casado sin mojarme en la lluvia de verano, pero tambien en la de invierno, en la de primavera, en la de la casa del frente, en todas, todas y cada una de ellas irrepetibles.)

-Mira, Gabriel, está lloviendo.
-¿Te he contado alguna vez, Amanda, lo que pienso de la lluvia?

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