domingo, 20 de mayo de 2012

honey pie

Despertó en su cama. No sabía el día. No sabía la hora. Estaba en ropa interior, con un gran dolor de cabeza. Se levantó. Cayó a la cama. Minutos después, volvió a levantarse y lo consiguió. Tambaleándose, llego a la cocina y se sirvió un vaso de agua con azúcar, lo tomó de un trago y fue al baño. Se dio una ducha fría y al salir de la ducha y verse en el espejo notó que tenía un punto verde en la espalda; más que un punto, una bola. Era una bola dura y brillante como el vidrio, no sabía como había llegado aquella bola a su espalda y no sabía como quitarla. Olvidó la bola y se puso ropa limpia pero arrugada. De repente, recordó que debía visitar a su novia. No sabía quién era ella, ni su nombre, pero necesitaba verla. En la radiola sonaba Honey Pie de The Beatles y al oír "honey pie, you're making me crazy, i'm in love, but i'm lazy, so want you please come home" le dieron ganas de esperar a su novia.

Paso horas oyendo Honey Pie, pero la novia nunca llegó y la bola empezaba a ser molesta, así que decidió ir a un hospital. Bajó las escaleras del departamento en el centro que tenía desde que dejo la universidad, y casi instintivamente siguió el camino hacia el hospital, porque seguía sin recordar. Llegó a emergencias, y le enseñó la bola a un médico, se sentó en una camilla mientras el médico examinaba con desgano. Le dijo que no había por qué preocuparse, pese a que la bola había crecido camino al hospital, le recetó una crema y lo mandó a su casa. Fue a la farmacia a comprar la crema, encontró el cambio necesario para la crema en su bolsillo, ni un centavo más, ni uno menos. Camino a su departamento se sentó en una plaza a ver a las palomas comerse las hormigas y a las hormigas huir de una paleta caída y a una niña llorar por su paleta. Ya amanecía y la bola ya tenía el tamaño de un puño, decidió volver.

Entro a su departamento tambaleándose, se sentó en un sofá viejo a seguir oyendo Honey Pie y seguir esperando a su novia, si acaso esta existía. Volvía a amanecer y la bola ya tenía el tamaño de un auto, no se movía, como si continuara esperando a la novia. Y dentro de la bola, alguien cantaba Honey Pie.

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